21 DÍAS. Día 14. Observo lo que me distrae
El camino puede tener turbulencias, y está bien. El camino puede tener desniveles, y está bien. El camino puede tener rocas, cerros, ríos y bosques, y está bien. El camino lineal no existe, existe más bien el ondulante, cambiante y variado. Pero, aún así puedo tener un propósito, ese propósito en el que mi corazón se hincha de alegría, ese propósito que ante turbulencias y desniveles, no se altera aquello con lo que mi alma resuena vibrante. Aún así, me parece importantísimo observar ese desnivel, esa distracción, que hace que tu camino a veces se debilite. Observar aquello que te saca del foco, verlo, identificarlo y usarlo a tu favor. Usarlo a tu favor para que cuando aparezca tu ya sepas de qué se trata, ya sepas que ocurre contigo, ya sepas que cambios podrían ocurrir, y ante eso, conectarte hacia tu interior con tanta fuerza, que nada ni nadie podría sacarte de ahí, el propósito de tu esencia, ese que te hace vibrar de emoción, queda anclado a el compromiso más fuerte y poder...