21 Días. DÍA 4. Sonrío ante lo incierto.

 A veces olvido lo incierto. A veces creo que todo es para siempre. Me apego, me obsesiono y no me abro a los cambios. Entonces, en vez de eso, decido sonreír ante lo incierto. Quizás al comienzo tenga miedo, quizás al comienzo no sepa qué hacer, pero luego, como todo se ordena naturalmente, toda esa energía que nace en mi ante lo inesperado, se transforma en un canal de luz, en un canal de claridad, en un canal que devuelve la calma y la certeza de cada momento. Porque eso es, la certeza es de cada momento, y lo incierto es el futuro. Lo que pasa hoy y ahora, tiene algo de esa certeza, pero lo que pasa mañana es impredecible. Y ante eso, me abro y sonrío. Suelto el control. Suelto los miedos. Y confío en aquello que no se bien, pero que si tengo fe, de que todo tiene un orden y una armonía mayor a nuestro control, y esa fuerza mayor me sostiene, me cobija, y me permite sonreír.

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